FLEXIBILIDAD
La falta de elongación de los músculos y ligamentos unida a los límites articulares delimitan la movilidad de todos los sectores articulados del organismo.
Esta posibilidad de un amplísimo abanico de acciones motrices sustentadas en las zonas articulares se complementa con una característica fundamental para la vida deportiva, que es la prevención de lesiones.
En la mayoría de los estudios sobre educación física y deporte se utiliza el término de flexibilidad en lugar de movilidad.
Según esto la movilidad es la capacidad del individuo de alcanzar las máximas amplitudes articulares, acompañadas de las elongaciones de los músculos y articulaciones correspondientes.
La flexibilidad es la capacidad que el sujeto tiene para poder ejecutar movimientos de gran amplitud articular por si mismo o bajo la influencia de fuerzas externas. (Harre).
Se puede distinguir entre flexibilidad general como aquella en la que la movilidad de los principales sistemas articulares está suficientemente desarrollada y flexibilidad específica referida a una articulación en particular.
Factores que influyen:
• Aspectos anatómicos y biomecánicos. Las articulaciones y los movimientos que ellas pueden efectuar.
• Características musculares y neurofisiológicas. Como la elasticidad, tono muscular, coordinación intramuscular e intermuscular.
• La edad. Se va perdiendo movilidad con la edad de forma que al nacer tenemos mucha más que a los 12 ó 13 años y de aquí en adelante el descenso es mucho más acusado.
• Estado psíquico. El nivel de activación, la motivación, etc. favorecen o desfavorecen dicha movilidad en ese momento.
• El ambiente. La temperatura, la hora del día, etc., hacen que se pueda desarrollar mayor o menor movilidad.
• Entrenamiento y grado de ejercicio. Hacen que la disminución de la movilidad se vea retardada.
• La fatiga. En estado de fatiga se pierde coordinación intramuscular, lo que influye negativamente en la movilidad.
• El calentamiento. Al incrementar la viscosidad intramuscular se favorece la movilidad.
Tipos de movilidad:
1. Movilidad activa. Que se puede subdividir en:
o Movimientos activos libres. Existe únicamente una contracción de la musculatura agonista para favorecer la elongación de la musculatura antagonista. Hay fortalecimiento de los músculos que rodean la articulación por lo que se evita una inestabilidad de la misma. Son los más adecuados en la edad escolar.
o Movimientos activos asistidos. Además de existir una contracción de la musculatura agonista, se consigue mayor amplitud de movimiento, debido a una ayuda externa, como puede ser un compañero. También hay fortalecimiento de las partes que rodean la articulación. Están desaconsejados en edades escolares ya que se debe controlar muy bien la presión que puede efectuar el compañero.
1. Movilidad pasiva. Que se puede subdividir en:
o Movimientos pasivos relajados. Hay una relajación de toda la musculatura, solo actúa el peso del cuerpo. Pueden se utilizados en edad escolar.
o Movimientos pasivos forzados. La acción de la musculatura sobre el ejercicio es nula, por lo que solo es posible con la colaboración externa de un compañero. Se consiguen las mayores amplitudes, pero no hay fortalecimiento y por lo tanto, pueden crear inestabilidad articular. No son aconsejables en edades escolares.
Técnicas de movilidad:
1. Rebotes. Movimientos producidos por una aceleración a mitad de recorrido y por la reacción elástica de la musculatura después de haber sido estirada.
1. Lanzamientos. Movimientos de las extremidades realizados a una velocidad uniformemente acelerada con una relajación muscular al final del movimiento, con el fin de conseguir la máxima elongación posible. Son adecuados para utilizarlos con escolares.
2. Presiones o tracciones. Se aplican en la parte final del recorrido articular por medio de una ayuda externa. No son aconsejables en edad escolar.
3. Stretching. Ejercicios con la siguiente mecánica: Fase de relajación, seguida de una contracción iométrica de unos 6 - 8 segundos de duración, para finalizar con un estiramiento. Pueden ser utilizados en edad escolar.
Desarrollo de la movilidad:
De los 8 años hasta que sobreviene el período de desarrollo, entre los 11 a 14 años, no es necesario trabajar la movilidad ya que, de forma natural, se mantiene en toda su frescura, aunque nunca está de más realizar algún tipo de trabajo de movilidad.
Después de la pubertad hay que intensificar el trabajo de movilidad para que no se produzca un descenso excesivo de la misma.
A partir de aquí el objetivo debe ser el mantenimiento de la misma, para que no se produzca una pérdida paulatina de la misma.
El momento más adecuado para trabajar esta cualidad se después del calentamiento, antes de realizar la sesión de entrenamiento.
En el Anexo I está el cuadro de Grosser en el que se relacionan el desarrollo de las cualidades físicas con la edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario